Discursos culturales sobre el dinero

Vivimos en un mundo capitalista donde el dinero es el medio de intercambio por excelencia. Sin dinero se dificulta poder cubrir nuestras necesidades básicas de vestimenta, abrigo, alimentación y salud. Dónde nacemos y crecemos condiciona la relación que de adultos tenemos con respecto al dinero. Puede que hayas crecido con carencias y eso te lleve a odiar al rico. Puede que te haya tocado una vida holgada y no te cuestiones tanto el rol del dinero en tu vida. Existen infinidad de mitos alrededor del dinero y su uso. A continuación, vamos a analizar algunos.

 

#1 Los ricos solo lo logran haciéndole mal a otro

Tenemos un discurso cultural muy instalado que dice que tener buenos ingresos y hacerse rico es solo posible si uno es, perdonen mi francés, un garca. Solo si sos una persona egoísta dispuesta a cualquier cosa vas a lograr triunfar financieramente. Si bien es cierto que muchas personas pueden haber generado su riqueza a costa de hacer el mal, también es cierto que este discurso solo te aleja de mejorar tus finanzas. Amigarse con la idea de tener más ingresos, no verlo como un imposible y dejar de lado el sentimiento de ser mala persona por querer ser rico. Tener más ingresos puede permitirte disponer de una parte para acciones sociales, o para inversiones en proyectos sobre temáticas en las que creas.

 

#2 El dinero no hace a la felicidad

¿Para qué tener más si al final todos nos vamos a morir un día? No hay dudas de que compartimos la condición humana con el resto de los mortales de esta tierra, pero qué distinto es poder acceder a determinados bienes y servicios. Ni hablar de saber que ante emergencias tenés opciones si podés permitirte pagar más. Tener dinero no te va a hacer feliz, pero el abanico de opciones que se abren al tenerlo, te puedo asegurar que sí. El dinero te puede ayudar a comprar nuestro recurso más escaso, el tiempo, cuando podemos pagarles a otros por determinadas tareas de nuestra vida cotidiana.

 

#3 Tenés que tener mucho dinero para invertir, eso es sólo cosa de ricos

Se puede comenzar a invertir desde montos muy pequeños, menos de lo que te sale un café. Abriéndote una cuenta en un bróker (o ALyC), podés tener acceso a infinidad de productos financieros diseñados para todos los gustos. Más o menos riesgosos, de largo o corto plazo, en pesos o en dólares. Invertir a largo plazo no es sinónimo de timba financiera. Y si tu miedo es perderlo todo, comenzá por educarte para tomar el control de tu dinero.

 

#4 Poner todos mis ahorros en un auto es una buena manera de invertirlo

Un auto por definición no es una inversión, sino que es un gasto. Desde el momento en que lo comprás y empezás a usarlo comienza a perder valor. Y mensualmente vas a tener costos fijos de mantenimiento, seguro, cochera junto con costos variables de combustible. Entonces, poner tus ahorros en un activo que pierde su valor y encima te genera costos extra, definitivamente no es una inversión. La única manera de que la compra de un auto sea una inversión es si está relacionado con alguna actividad productiva, sea que sos conductor de uber o que lo utilizás para hacer repartos.   

 

#5 Tener una casa es una inversión segura porque los precios de las propiedades siempre suben

Existen muchas razones para comprar una casa. Es importante evaluar la conveniencia de hundir muchísimo dinero en una propiedad. Hay factores culturales que tenemos arraigados sobre la importancia del techo propio. Cada uno decidirá si quiere ser dueño de una propiedad, ahora, tengamos en cuenta que no necesariamente es una inversión si no estamos planeando en alquilarla para generar una renta.

                           

#6 Llevo el control de mis finanzas en mi cabeza

Puede que tu cabeza sea capaz de almacenar una gran cantidad de información, sin embargo, lo que no se mide, no se puede mejorar. Y si no tenés un registro de tus finanzas va a ser difícil que puedas realizar ajustes para derivar tus ingresos a lo que realmente te importa. Hoy en día, no es necesario anotar cada gasto porque si gastás con tarjetas o billeteras virtuales, todos los gastos quedan registrados. La información la tenés disponible y lo mejor es tomarte algunos minutos al mes para analizarla. Podés armarte una planilla de Excel, si sos más nerd de las hojas de cálculo. Y sino, al menos, revisá todos tus gastos para asegurarte que tu plata está siendo bien gastada y ahorrada.

 

#7 Tengo buenos ingresos, no necesito un fondo de emergencia

Este mito es peligroso, porque podés quedar expuesto en alguna situación imprevista. Incluso si tenés ingresos altos y cada mes lográs ahorrar un buen porcentaje de ellos, lo mejor es siempre contar con un fondo de emergencia que cubra algunos meses de tus gastos mensuales regulares. El fondo de emergencia te provee la seguridad de que, si te quedases sin ingresos, tendrías tiempo para volver a conseguir un trabajo.

 

#8 Cuando gane más todos mis problemas financieros se van a resolver

El ahorro es independiente de los ingresos. Desde ya que si tenés unos ingresos muy, muy bajos, va a ser difícil que ahorres. Pero eso es una situación extrema, y si estás saliendo a comer más de una vez al mes, no sos parte del grupo que realmente no puede reservar un poco de dinero. El ahorro es un hábito y como tal se ejercita. Lograr todos los meses gastar menos de lo que te ingresa irá fortaleciendo tus finanzas y el músculo del ahorro va a estar bien entrenado para cuando mejoren tus ingresos.

 

#9 Endeudarse es la peor decisión siempre

No toda deuda es mala, por ejemplo, la deuda en educación puede permitirte en el largo plazo conseguir mejores trabajos y tener más dinero del que inicialmente costó tu educación. Ahora, tener las tarjetas de crédito en rojo y pagando el mínimo para poder tener lo último de la moda, y si, no es una “deuda buena”. Entonces, aquella deuda que te permita capitalizarte a futuro, puede ser una buena decisión.

 

#10 Dejar los ahorros en dólares es la mejor opción

En un país caracterizado por la alta inflación como la argentina, dolarizar los ahorros es parte de nuestro instinto de supervivencia. No confundir resguardar ahorros con invertirlos. El país emisor del dólar es Estados Unidos, que históricamente ha tenido una tasa de inflación anual baja y respecto a Argentina, bajísima. Pero, de todas maneras, tener los ahorros en dólares es dejarlos expuestos a la inflación estadounidense. En el cortísimo plazo sí puede ser una manera de no quedarse en pesos y protegerse de la inflación argentina, pero en el largo plazo si te quedás en dólares, tus ahorros igualmente van a perder poder adquisitivo.

 

Estoy segura de que me quedaron muchísimos mitos por abordar, estos son solo algunos de los que más escucho, o con los que he crecido. Poder comenzar a desandarlos es fundamental para amigarnos con el dinero y mejorar nuestra situación financiera.  

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