Cada persona tiene su manera particular de administrar el dinero. Es por eso que llamamos finanzas personales a todos los temas relacionados con cómo generamos, gastamos, ahorramos e invertimos nuestra plata. De todas maneras, encuentro que la mayoría de las personas caen dentro de uno de los cinco tipos de estilos diferentes. A continuación, voy a desarrollar cada personalidad financiera.
#1 estilo avestruz: no saber me mantiene a salvo. No tenés idea de cuánto te ingresa y mucho menos cuánto te egresa cada mes. Vas gastando hasta que tu tarjeta dice basta. Llegás a fin de mes sin saber dónde se fue el dinero. Te prometés que vas a ponerte más serio con tus finanzas, pero llega el siguiente mes y todo es caos, otra vez. Así que rezás para que sea lo mejor posible.
Por favor, no hagas esto. Si llegaste a la vida adulta, tenés que poder tener un mínimo control sobre cómo se distribuye tu dinero, que con tanto esfuerzo ganás.
#2 estilo mejor dinero ahorrado que mal gastado: siempre hay una buena excusa para no gastar. La única meta clara es acumular, siempre pueden venir tiempos difíciles. No hay objetivos concretos para ese ahorro, mucho menos inversión. Tener dinero acumulado te da una sensación de seguridad que te mantiene a salvo y te privás incluso de comprar cosas básicas que podrían resolver tu día a día.
Te considerás un gran administrador del dinero porque no te tentás fácil con gastarlo. Sentís orgullo de estar preparado para gastos imprevistos, porque ante todo priorizás tu seguridad y estabilidad. Cuidado con no estar viviendo tu mejor vida hoy por precuparte por escenarios futuros imposibles de adivinar. No pierdas de vista que, al fin y al cabo, el ahorro es consumo futuro.
#3 estilo la vida es hoy: si no me puedo dar lujos, ¿para qué trabajo? Si en el futuro estaremos todos muertos, mejor vivir el hoy al 100%. Sentís que viniste al mundo para disfrutar y por eso no pensás dos veces cualquier compra, sea de un reloj o de un recital. Más o menos vas controlando tus finanzas a través del balance de tu tarjeta de crédito. Definitivamente ahorrar no forma parte de tu diccionario.
El problema con este estilo es que generalmente lleva a gastar de más, acumular deudas en las tarjetas de crédito, no poder ahorrar para la jubilación o para cualquier otro objetivo más grande. En el día a día, vas relajado, pero si continúas con este espíritu, nunca vas a conseguir realmente la vida sin preocupaciones que tanto deseás.
#4 estilo experto en Excel: planifico, luego existo. A lo largo de tu vida te fuiste convirtiendo en un experimentado usuario de Excel. Las hojas de cálculo resuelven todas tus incertidumbres sobre el futuro. Presupuestás tus gastos anualmente y mensualmente. Hacés un seguimiento exhaustivo de tus gastos, si no está en la planilla, no existe. Ahí está todo al detalle, cada peso gastado, incluso con decimales.
Personalmente me identifico con este estilo. Sí, hola control freak. El Excel es una herramienta mágica para revisar el presente y diseñar el futuro. Poder hacer proyecciones de mis ingresos y gastos is my passion. Reconozco que puedo pasar a veces demasiadas horas con la planilla, pero hasta el momento no logré una manera más eficaz para sentir que tengo mis finanzas en mis manos. En mi caso incluso siento que tener un presupuesto al que sigo de cerca me da la flexibilidad de gastar en todo lo que quiero y necesito al mismo tiempo que no descuido el ahorro y la inversión.
#5 estilo automático: la tecnología vino a salvarnos de todo lo que no nos gusta hacer, por eso tengo mis finanzas en piloto automático. Pensás cómo distribuir tu dinero y cada mes eso sucede de manera automática. Utilizás las billeteras virtuales gratuitas para separar tus gastos en distintas categorías y que mientras tanto, te generen intereses. Tenés todas tus suscripciones, gastos fijos e incluso el pago de la tarjeta de crédito, en débito automático. Le dedicás un tiempo mínimo mensualmente para chequear que todo siga bien su funcionamiento y para saber si es necesario algún ajuste.
Este estilo es al que todos deberíamos aspirar para vivir una vida financiera con tranquilidad. Si te sentís identificado con este estilo, felicitaciones, lograste que tus finanzas estén balanceadas para vivir a pleno tu presente, sin descuidar a tu yo del futuro.
Si te identificaste con alguno de los estilos anteriores, es necesario primero ganar claridad sobre tu situación antes de poder automatizar tus gastos e inversiones. Sí, al menos por un mes tenés que tomar un Excel y poder anotar todos tus gastos. Incluso podés valerte de los detalles que brindan tanto billeteras virtuales como los bancos para clasificar tus gastos y entender dónde va tu plata cada mes. Luego sí podrás elegir si es así como deseás seguir gastando, o si querés hacer ajustes para cumplir otros objetivos. Cuando entendemos para qué ahorramos, podemos definir la mejor manera de invertir esos ahorros. Aquí la educación financiera es clave para perder el miedo a invertir y ayudarnos a tener una vida financiera en equilibrio.