Nuevo mes, nuevo presupuesto

Aunque parezca increíble, en pocos días estaremos comenzando septiembre, entrando así en el último cuatrimestre del año. Es un momento ideal para detenernos a reflexionar sobre cómo hemos manejado nuestras finanzas hasta ahora y cómo podemos mejorar de cara a los últimos meses del año. En lo personal, este año me costó bastante armar un presupuesto y seguirlo de cerca. Sin embargo, el hecho de que esté por comenzar un nuevo mes me motiva a empezar fresca y organizarme mejor, especialmente teniendo en cuenta que septiembre comienza prácticamente con la semana, ya que el próximo lunes será día dos del mes.

 

Por eso, este fin de semana tengo pensado dedicarle un tiempo a planificar septiembre y revisar cómo quiero encarar los siguientes meses. Te voy a compartir qué es lo que yo hago para organizarme. En primer lugar, el presupuesto que hago lo considero más como una guía, un “best option” o mejor opción, y un parámetro para medir desvíos. Este plan se alinea con mis objetivos, y si no se cumple al 100%, no me presiono. En lugar de eso, veo los desvíos como información valiosa que me indica si mis objetivos cambiaron o si hay áreas donde necesito poner más atención el siguiente mes.

 

A continuación, te voy a compartir en detalle qué es lo que yo hago para organizarme y cómo vos también podés aplicar estos mismos pasos en tu propia vida financiera:

  1. Conocer tus ingresos y gastos
    El primer paso para cualquier planificación financiera exitosa es tener claridad sobre tus ingresos y gastos. Esto puede sonar básico, pero es sorprendente la cantidad de personas que no tienen en claro cuánto dinero les entra y sale cada mes. Empezá haciendo una lista detallada de todas tus fuentes de ingresos, ya sea un salario fijo, ingresos por trabajos freelance, rentas, o cualquier otro tipo de entrada de dinero que recibas. Luego, hacé lo mismo con tus gastos. Asegúrate de incluir todo: desde los grandes gastos, como el alquiler o la cuota del auto, hasta los chiquitos, como ese cafecito de especialidad que te comprás todos los días o las suscripciones a servicios de streaming.
    Conocer exactamente cuánto ganás y cuánto gastás es fundamental porque te da una imagen clara de tu situación financiera actual. Sin esta información, es muy difícil tomar decisiones acertadas sobre cómo administrar tu dinero.
  2. Dividirlos en categorías principales y separarlos en gastos fijos y variables
    El siguiente paso es dividir tus gastos en categorías principales y separarlos en gastos fijos y variables. Los gastos fijos son aquellos que no cambian de un mes a otro, como el alquiler, los servicios públicos, o las cuotas de deudas. Estos son los gastos que, sí o sí, tenés que cubrir todos los meses. En cambio, los gastos variables son aquellos que pueden fluctuar y dependen de tus hábitos y decisiones, como las comidas afuera, los gastos de supermercado, o las salidas del fin de semana.
    Hacer esta distinción te va a ayudar a identificar más fácilmente cuáles son esos gastos sobre los que tenés control y cuáles son más difíciles de ajustar. Así también vas a poder detectar patrones en tus gastos variables que podrías reducir para aumentar tu capacidad de ahorro o destinar a otras áreas más importantes.
  3. Establecer un porcentaje de ahorro
    Establecer un porcentaje de ahorro es fundamental para cualquier plan financiero. Este porcentaje debe estar alineado con tus metas a corto y largo plazo. Si todavía no tenés un fondo de emergencia, es crucial que empieces por ahí. Un fondo de emergencia te va a permitir enfrentar imprevistos, como una reparación hogareña inesperada o una visita médica, sin tener que endeudarte.
    No importa cuál sea tu nivel de ingresos, siempre es posible destinar una parte al ahorro. Incluso si es solo un pequeño porcentaje, lo importante es crear el hábito. Recordá que el ahorro se ejercita y para lograrlo hay que priorizarlo cada mes. Con el tiempo, este hábito se convertirá en una parte integral de tu vida financiera, y te dará la tranquilidad de saber que estás preparado para lo que venga.
  4. Revisar meses previos y anticipar eventos que puedan afectar tu presupuesto
    Al planificar tu presupuesto, es útil mirar hacia atrás y tomar como referencia meses previos. Esto te permitirá identificar patrones estacionales o eventos recurrentes que pueden haber afectado tus gastos en el pasado.
    Pensá también en eventos específicos para este mes que puedan aumentar o disminuir el monto de cada categoría. Por ejemplo, en septiembre puede que enfrentes gastos adicionales relacionados con festejos, como casamientos en mi caso. Tal vez tengas un viaje planificado, una celebración especial, o quizás estés planeando reducir tus salidas para ahorrar más. Considerá todos estos factores al establecer tu presupuesto para que sea lo más preciso posible.
  5. Asegurarte de que tu presupuesto esté en línea con los ingresos disponibles después de decidir tu porcentaje de ahorro
    Es crucial que tu presupuesto esté en línea con los ingresos disponibles después de haber decidido tu porcentaje de ahorro. Asegurate de que, una vez decidido el porcentaje de ahorro, tu presupuesto se ajuste a los ingresos que te quedan disponibles. Y esto es independiente de tu nivel de ingresos, así sean los $ 3.000 que sale un café, tenés que tener objetivo de ahorro. Porque el ahorro se ejercita y para ello hay que priorizarlo cada mes. Sin importar lo chiquito que sea el monto, lo importante es crear el hábito y hacerlo parte de tu vida financiera.
  6. Revisar tu presupuesto semanalmente y hacer ajustes
    Una vez que tengas tu presupuesto planificado, el siguiente paso es implementarlo y hacer un seguimiento constante. Establecé un día a la semana para cargar los gastos de esa semana y evaluar cómo viene tu presupuesto. Esta actividad no debería llevarte más de 15 minutos, y podés sumarle mates o café, algo que ya hagas habitualmente, para hacer de esta tarea un hábito más llevadero.
    Este seguimiento semanal te permitirá hacer ajustes en tiempo real si notás que te estás desviando de tu plan. Además, te dará la tranquilidad de saber que estás en control de tus finanzas y que te estás acercando a tus metas mes a mes.
  7. Planificar el siguiente mes al final del mes en curso
    Al llegar a la cuarta semana del mes, tendrás suficiente información para volver a planificar el siguiente mes y habrás adquirido el hábito de estar en control de tus finanzas.

No importa en qué punto estés ahora, lo importante es comenzar y ser constante. Nunca es demasiado tarde para convertirte en experto de tus finanzas. Comenzá hoy, y en unos meses verás cómo el control y la tranquilidad financiera comienzan a formar parte de tu vida diaria.

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